Los fantasmas pueden querer llamar la atención por sus muertes y ver a sus asesinos castigados, o que sus restos sean decentemente enterrados. No son necesariamente malvados, y normalmente están atados al lugar de sus muerte aunque también pueden ser conjurados o convocados por poderosos hechiceros, nigromantes o mediums.
Los fantasmas no pueden ser heridos por armas no mágicas, aunque tampoco pueden hacer daño. Sin embargo, su toque puede provocar miedo. Pueden pasar a través de objetos sólidos, como muros y pueden volverse visibles o invisibles a voluntad. Los fantasmas se vuelven inestables cuando están fuera de las zonas que les atan.
Los fantasmas pueden aparecer en una variedad de formas. Por lo general tienen la misma apariencia que en vida, aunque parecen menos sólidos o incluso translúcidos. Sin embargo, a veces parecen completamente materiales, y no pueden distinguirse de un humano vivo. Algunos fantasmas pueden hablar para dar información o avisos, mientras que otros sólo pueden gemir y gritar, y otros no pueden hacer ningún tipo de sonido.
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